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El Remedio: Belleza comestible

Este precioso restaurante, ubicado junto a una ermita del siglo XIX y con vistas a los acantilados del Cantábrico, es un auténtico espectáculo para los sentidos .La cocina honesta y bien trabajada del chef Samuel Fernández, fruto de una gran labor de equipo, muestra un enorme respeto a los productos de la zona, que dan forma a platos llenos de sabor .

Hay rincones que tienen el poder de detener el tiempo. Y el restaurante El Remedio (Ermita del Remedio. Ruiloba. Cantabria. 942 10 78 13) es uno de ellos. Ubicado en un paraje incomparable, junto a una ermita del siglo XIX y con vistas a los acantilados del mar Cantábrico, representa una belleza armónica y atemporal que se puede ver, oler, escuchar, tocar y saborear. El chef (y propietario) Samuel Fernández junto a su mujer Caterina Santucci y su genial equipo hacen que el comensal se sienta como en casa; por eso la clientela, fascinada, vuelve una y otra vez a repetir experiencia.

Y no es para menos, ya que la carta es un perfecto ejemplo de cómo se pueden despertar infinitas sensaciones a través de los sabores de toda la vida (“nítidos y contundentes”, como dice Samuel). Para él, lo más importante es el producto, que cuida con todo el amor del mundo y que da forma grandes platos, elaborados con una técnica impecable: Cebolla rellena de lechazo de Mayorga, Lomo de bacalao, crema de patata cítrica y cebolleta al romescu, Solomillo con canelón de brie y mostaza de remolacha, Mozzarella de búfala con anchoa de Santoña, la Ensaladilla rusa con carabineros, Panceta glaseada, grosella y judía verde…

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Todas y cada una de estas recetas hablan (a su manera) de un territorio muy especial, y ahí reside parte de la magia. Además, en los postres se puede apreciar el buen hacer de la chef Caterina, quien le pone el toque italiano a esta cocina de raíces norteñas (la Barrita de chocolate blanco y negro con salsa de toffee y crumble es espectacular). Mención aparte para el Arroz con leche al Moscovado que prepara la madre de Samuel, Cristina Pérez, siguiendo la receta maestra de la familia. Superlativo.

Antes de abandonar este bello reducto es absolutamente imprescindible probar el Limón de Ruiloba, un licor artesanal elaborado por el chef cántabro con los limones de la zona, cuyo aroma es único en el mundo. Claro que hay que beberlo con moderación, porque dicen quienes ya lo han probado que es puro vicio… La carta de vinos complementa a la perfección los sabores nítidos y honestos de la cocina de Samuel, redondeando la experiencia.

Otro de los mayores atractivos del restaurante es esa atmósfera serena y cálida tan bien dibujada. Se trata de un éxito personal de la madre de Samuel, quien se ocupó de la decoración con muy pocos medios pero con muchísima ilusión. Ella misma recoge flores cada día y hace que cada detalle (los cuadros, las lámparas, la vajilla…) cuente.

El equipo es la pieza fundamental de este sueño llamado El Remedio. Así, todo lo que ocurre en el comedor es supervisado por Javier Antizar, responsable de la carta de vinos y sin el que el restaurante no se podría concebir tal y como es. Junto a él Ezequiel y Ana, que completan la alineación de lujo. La persona de confianza del matrimonio en cocina es el sous chef Oscar Lebaniegos y desde hace poco forma parte también Teresa Odriozola, ambos jóvenes de Ruiloba.

Lo cierto es que la complicidad que desprenden es asombrosa, y ayuda a que la fiel clientela sienta que forma parte de una historia. Por eso a El Remedio siempre se vuelve…

El restaurante tiene capacidad para 60 comensales. El precio medio es de 35€. Horario: martes-domingo de 12 a 16h; jueves, viernes y sábados también de 19,30 a 22,45 h. Cierra los lunes.

Fuente: Living Comunicación