Guillermo Chico, colaborador de Gastronomicum en materia de vinos, elabora esta entrevista al director de una de las bodegas españolas con mayor proyección internacional, Abadía Retuerta.
Querido Enrique bienvenido a Gastronomicum y muchas gracias por concedernos esta entrevista. Enrique, ¿cómo acaba un abogado como tú «enfangado» entre vides y barricas?
Siempre me ha atraído el mundo del vino pues mi familia es de Jerez. Después de terminar mi MBA en el IE entré a trabajar en Croft, bodega de Sherry del grupo IDV (hoy Diageo), y desde entonces mi carrera profesional ha estado unida al mundo de los vinos y licores. Una vez que lo conoces te enamora y es difícil salir de este mundo.
Has trabajado para grandes grupos como González-Byass o en United Wineries, ¿qué te atrajo de un proyecto tan específico y «premium» como Abadía Retuerta?
La visión de proyecto sólido y de futuro, muy marquista y con una obsesión por la excelencia fuera de lo normal en este sector.
Lo vuestro es cultura del vino total: bodegas, museo, restaurante y ahora hotel. ¿Cómo conjugáis tantas ramas y además conseguís hacer esos vinos tan especiales?
Es una filosofía de trabajo. Prima la búsqueda de la excelencia y el análisis del potencial de nuestros activos sobre las prisas en conseguir resultados a corto plazo. Siempre se ha trabajado el concepto de vino de terroir en Abadía Retuerta y por ello se trata de no forzar y conseguir lo mejor de cada añada. Nuestra obsesión es satisfacer a nuestro consumidor por encima de todo, manteniendo una personalidad muy nuestra.
En España ya se sabe que se piden Riberas, Riojas y, si acaso, Prioratos fundamentalmente… ¿Cuál es el secreto para triunfar fuera de una denominación de origen?
Mucha consistencia entre lo que se dice y se hace. Nuestros estándares y niveles de exigencia son muy elevados y por ello podemos llevar al consumidor algo que clarísimamente es de calidad y que se puede apreciar en todas y cada una de las botellas. Innovación e investigación son también una parte de nuestra cultura para no quedarnos parados.
El «terroir», ¿nos puedes resumir la importancia de Sardón de Duero en vuestros vinos?
Es la clave, sin un buen «terroir» no sería posible conseguir todo lo que hacemos. Una localización muy especial con unos suelos muy variados, que hace millones de años fueron el cauce del Duero, con una gestión de la finca que nos la marca la composición de ese suelo, la altitud, la orientación y la variedad de uva que plantamos nos hacen tener una personalidad muy acusada.
Habéis conseguido superar varias veces los 90 puntos Parker. ¿Qué importancia real tienen los grandes críticos, cómo se percibe en una bodega?
Es un orgullo que tanto la crítica nacional como la internacional reconozcan el trabajo realizado en la viña y en la bodega. Valoramos mucho todo tipo de críticas y nos hace estar siempre pendientes de la evolución de nuestras distintas añadas.
Ya os habéis convertido en una de las marcas más prestigiosas de nuestro país, ¿cuál es vuestro próximo paso, si se puede decir?
Es un trabajo continuo y no se puede relajar uno por los éxitos recientes. Tenemos que continuar consolidando lo realizado en los últimos 20 años, pues lo mejor de Abadía Retuerta está todavía por venir. Los próximos pasos están enfocados a consolidar nuestros mercados internacionales, los nuevos negocios como el turismo enológico de calidad, que nos permita conocer a un consumidor cada vez más exigente, y todo lo relacionado con el mundo de la hostelería y restauración a través de nuestro incipiente negocio Abadía Retuerta Le Domaine (Hotel y restaurante en un monasterio premostratense del siglo XII).
Pasemos al mercado más general: en veinte años la caída del consumo per cápita de vino en España es alarmante, ¿es la exportación la única vía de escape para las bodegas?
Más que una vía de escape lo veo como la parte de nuestro negocio que todavía tiene mucho potencial por explotar. Para mí no es la única, personalmente creo que en el mercado nacional también hay potencial para Abadía Retuerta en la parte Premium del mercado, en la parte de formación e información al consumidor, en cómo le hablamos a los jóvenes para que se incorporen al mundo del vino, en el turismo enológico y, por supuesto, en el desarrollo de nuevos canales que optimicen las nuevas tecnologías como están haciendo otros sectores.
¿Cómo podemos hacer que el consumo aumente tal y como ocurre con el de cerveza o el de ginebra, por ejemplo?
Incorporando a nuevos consumidores a la categoría e incrementando las ocasiones de consumo. Tiene mucho que ver en como el vino se comunica con los consumidores, los actuales y los futuros.
Siguiendo con el tema anterior, ¿cómo se explica el auge del enoturismo y la bajada tan espectacular del consumo?
Creo que son temas que están relacionados pero que son negocios distintos.
Enoturismo no está relacionado directamente con el consumo, pero sí ayuda a desarrollar la parte de dar a conocer el producto, en cómo consumirlo y en qué ocasiones es la bebida perfecta; en definitiva, a acercar el vino a los consumidores.
La bajada de consumo en los últimos años la relacionaría más con temas como la crisis económica en la que estamos inmersos, la reducción drástica en los gastos de empresa en comidas, cambios de hábitos en nuestra población y no ser una de las primeras opciones para el repertorio de los jóvenes a la hora de salir a comer. En definitiva tenemos mucho trabajo por delante.
El canal Horeca (hoteles, restaurantes y cáterings) ha sido superado por primera vez por los particulares, supongo que la estrategia de venta cambia mucho, ¿qué visión tienes para llegar al individuo?
Por el perfil de marca que somos, el canal Horeca es clave para nosotros. Tenemos una visión de apoyo total a nuestros distribuidores y de atención a nuestros clientes de Horeca y tiendas especializadas para explicar las bondades de Abadía Retuerta. Para ello hemos reforzado nuestro equipo comercial con un perfil de personas que apoyan como «Brand Ambassadors» a la marca en el mercado e intentamos estar presentes en aquellos eventos en los que el consumidor de nuestra marca se encuentra a gusto.
Las tiendas especializadas están sufriendo mucho y se nota en la calidad, ¿cómo percibes el auge de las tiendas online?
Es un canal que ha crecido rápidamente pero que todavía necesita ajustarse en su oferta y añadir valor añadido a la compra. Sin duda se desarrollará mucho en breve y será clave para el vino.
Personalmente, ¿qué le pides a un vino?
Honestidad con su terroir y que sepa comunicar con su consumidor. Lo más importante es que cuando se abra una botella de ese vino, cueste lo cueste, haya una sensación de disfrute del mismo, de haber acertado en la elección y que se piense en una próxima ocasión para pedirlo.
Aparte de Abadía Retuerta, dime un par de bodegas, de cualquier parte del mundo, que realmente lo estén haciendo bien a tu entender.
En España son muchas las que lo hacen bien. Me encantan bodegas en España que pertenecen, como Abadía Retuerta, a la asociación Grandes Pagos de España, compartimos una visión que es la de reflejar en nuestros vinos lo mejor de cada terroir, reflejando la personalidad e individualidad de cada viñedo, respetando además la historia y el paisaje donde se encuentran.
Para finalizar, ¿qué te parece un espacio como www.gastronomicum.net y poder contar con esta plataforma?
Me parece fenomenal que haya iniciativas que estén enfocadas a la difusión de las virtudes de nuestra gastronomía y nuestros vinos, dos de nuestros principales activos como país, que además de estar íntimamente ligados son parte de la esencia de nuestra cultura y nuestra seña de identidad.
Este tipo de medios es clave para desarrollar y dar a conocer todo lo anteriormente descrito.
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