No era la primera vez que visitaba esta estupenda isla, ni será la última. A pesar de quedar siempre en segundo plano ante un promocionado Tenerife , la isla de Gran Canaria tiene un poderoso encanto. Estos últimos días he podido visitar algunos, no todos, bonitos lugares de esta tierra, que de punta a punta te ofrece paisajes tan distintos unos a los otros, climas diferentes y gastronomía no muy diversa pero con productos autóctonos muy muy interesantes. Y de esos productos os quiero en esta entrada.
La papa canaria tan nombrada y no tan conocida por todos está muy presente. Ésta es diferente dependiendo de la isla en la que nos encontremos, en Gran Canaria es algo más grande y de piel muy clara o nueva, al contrario de las papas que encontramos en Tenerife, algo más pequeñas y de piel muy oscura. Dicen que estas últimas de más calidad, algo más por lo que diferenciarse entre islas.
Aun así ya sean unas u otras, la papa canaria se cuece en agua con abundante sal y una vez cocidas y escurridas se secan en la propia cazuela con movimiento y dejando que su piel quede blanquecina por el salitre del agua de cocción. Su acompañamiento no puede ser otro, el mojo canario. El rojo el más común, el verde realmente interesante y la receta, secreto de sumario para muchos canarios. Básicamente el mojo verde cuenta con cilantro y el rojo con pimentón, ambos con cominos, ajo, aceite y sal y en algunos casos pimiento rojo o verde según la elección.
Pero en la isla no solo se habla de papas… sus quesos son realmente buenos. El conocido majorero acompaña en la isla a otros quesos en casi todos los casos de cabra, oveja o mezcla. Quesos artesanales, naturales, con excelente sabor y paladar muy agradable. En el pueblo de Teror es todo un espectáculo cada domingo visitar su mercadillo donde estos quesos están por todos lados. También allí encontramos aceitunas autóctonas aliñadas, muy buenas todas ellas y sus panes casi todos anisados, de millo (maíz) y azafrán. El chorizo de Teror podría definirse como una sobrasada canaria, siendo esta mucho más suave en sabor que la mallorquina. Atencion a los dulces canarios, básicamente fritos, pestiños o rosquillas…
Por la isla son muy tradicionales sus “asaderos de pollos”, donde el pollo asado tradicional coge fuerza con un cierto ahumado y toque de carbón muy particular, distinto a cualquier otro. Compite con la ropa vieja, originariamente un plato fruto del aprovechamiento de las sobras del conocido cocido peninsular. Pero la realidad es que en las Islas es diferente, dado que la ropa vieja adquirió otro rango, y se desvincula del puchero. Se podría decir que este plato se elabora ahora independientemente, y además en algunas zonas y en determinadas familias tiene un carácter festivo, es decir, es una comida de fines de semana.
Arquitectónicamente cabe destacar la catedral de Arucas en el norte de la isla, y de camino hacia esa zona, Santa Brígida, todo un oasis tropical donde el verde de las montañas se entremezcla con sus palmeras que hacen de este lugar un exótico paisaje, donde además se descubren restaurantes interesantes. Allí mi cita gastronómica a destacar entre otras fue a Casa Martell, lo que se convirtió en todo un descubrimiento.
Este restaurante museo con 42 años de historia es regentado por su propietario Antonio Martell donde ofrece su cocina personal y de tradición autóctona canaria, bien elaborada. En esta casa se come garbanzada, un guiso de garbanzos sabroso y ligero, butifarra adobada en salsa dulce a base de las ciruelas que van en el interior de la propia longaniza y que acompañan con pimientos rojos caseros. Tomate de la huerta, pan de maíz casero y calabacines en salsa de higos todo un homenaje al calabacín canario, que en Tenerife llaman bubango y los higos secos de la isla. Su cordero asado, realmente bueno se acompaña de patatas.
Hablar de gran canaria es hablar del plátano canario, los mejores pequeños y con las famosas manchitas negras. También en casa Martell el plátano esta presente en un delicioso cremoso. Y el gofio, harina tostada de cereal con la que se elaboran postres con personalidad cien por cien. Producto local que hacen de este y de todos los lugares su sello personal con el que identificarse y promocionarse. Nosotros siempre encantados de disfrutarlo y hacéroslo llegar, eso sí, de una forma virtual.
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