Elaborados con productos de temporada para acompañar los platos típicos de la estación. El verano se va y la tierra comienza a darnos alimentos diferentes, más consistentes para afrontar el frío y la lluvia. La miel, las castañas, los higos, los frutos secos… con todos estos ingredientes elabora Paco Fernández los panes de otoño en su obrador de Viena La Baguette.
Los panes de esta temporada son ideales para acompañar esos condumios que se sirven calientes, como los estofados y pucheros, y que ya se empiezan a comer los domingos en los hogares españoles. Los platos de caza menor, como la perdiz o la liebre, y las infinitas versiones de hongos y setas que se pueden cocinar también casarán muy bien con creaciones como:
Pan de castañas con miel, elaborado con levadura y harina fuerte (rica en gluten) y floja (en almidón). Su sabor intenso y dulce recuerda a tradición y a magosto, consigue un equilibrio perfecto con cualquier receta de carne o cuchara y una copa de vino con cuerpo.
Pan de remolacha y manzana, que sorprende con una atrevida mezcla de sabores y notas dulces y ácidas. Combina muy bien con una ensalada de boletus o un salteado de níscalos con unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
Panecillo de queso emmental y amapolas: por su característico sabor y textura se puede tomar solo. Como aperitivo a la hora del vermut, o al atardecer con un sutil pinot noir, pueden ser opciones muy recomendables.
Pan de avena, de sésamo, y de tapenade, tres deliciosas y suaves propuestas, muy versátiles a la hora de escoger acompañante. Se pueden degustar con cualquier receta de otoño tanto en la comida como en la cena. Son perfectas para un brunch o para una merienda de picoteo con amigos, y gustan también a los niños.