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A Horta d’Obradoiro, proyecto de vida

Vida, una palabra tan importante y con tanto valor es lo que se siente en esta casa que lleva por nombre A Horta d’Obradoiro  y situada a pocos metros de la Plaza d’Obradoiro en una ciudad tan mágica como Santiago de Compostela.

Quienes hacen nacer este proyecto tan personal son dos grandes cocineros, grandes por su profesionalidad pero también por su honestidad y humildad, ellos son Francisco Kike Piñeiro y Eloy Cancela, conocidos por muchos de nosotros. Se les ve felices, formando un gran equipo, pensando uno del otro que tiene a su mejor socio, amigo y compañero y así se recorre un buen camino.

Su casa plantea tres ambientes que le lleva a adquirir un valor muy elevado a este proyecto. Una sala que te recibe con una pequeña barra y una cocina vista que queda iluminada por la exposición de sus pescados frescos traídos a diario directamente de los mejores puertos gallegos, con una filosofía muy clara, la de ofrecer el mejor producto en su mejor momento. Sus mesas se arropan con maderas, colores, detalles que nos llevan a un ambiente enxebre con mucho estilo.

Un espectacular y versátil invernadero se convierte en otro lugar con encanto de esta casa donde disfrutar entre maravillosas plantas de la cocina de estos dos buenos cocineros. A su sala y a su invernadero se suma su tercer y más mágico espacio, una maravillosa huerta, llena de vida, vegetación, aromas, colores que nos regala todo un tiempo de disfrute, no solo a sus clientes sino a ellos mismos cuando la noche empieza, la jornada termina y la luz hace destacar tímidamente una mágica vista de la Catedral de Santiago.

Su cocina se podría definir como una cocina de producto y sabor, siempre con máximo protagonismo a sus pescados y a sus vegetales, donde se aplica una buena técnica, y una extraordinaria presentación, sin fuegos artificiales ni espectáculo, el espectáculo es su producto y su sabor.

Agradecemos a Kike y Eloy el menú especial de degustación que nos diseñaron para esta ocasión. Un comienzo divertido y sabroso con su fritura de pescados, nos llevó a grandes platos como su jurel con ensaladilla de patata y algas, donde dar protagonismo y poner en valor en un mismo plato dos productos tan identificativos de Galicia como son la patata y el pescado. La oreja de cerdo agridulce en dos texturas, sabrosa y con potencia eleva la intensidad del menú para recibir un gran plato, personalmente para mi  uno de los mejores platos de los últimos tiempos, una vieira con micro vegetales marinos y un caldo de algas templado que hace de este toda un tarjeta de presentación. Un plato de pinto con almejas, donde poner en valor el producto sin sabores complementarios ni guarniciones. San Martiño como gran pescado llega a la mesa con vegetales de la huerta, entre ellos zanahorias y judías de las de verdad y eso se agradece y mucho.

Seguimos con un contundente y sabroso rabo de toro estofado con patata de Galicia para dar paso a los platos dulces. Una muy rica y ligera espuma de manzana asada con helado de canela como primer postre, para terminar con un cremoso de chocolate con helado de vainilla. Una cena con muy buenas sensaciones en un lugar único en Santiago de Compostela, con personalidad propia, autentico y sintiendo desde el primer momento que formas parte de su casa.

Estoy seguro que este lugar se ha convertido para ellos en toda una necesidad para vivir en consonancia con su forma de vida y su propio hábitat, disfrutando cada día de su profesión en el mejor lugar posible y confirmar que solo un proyecto como este es el que merece todo un esfuerzo vital para seguir dandole vida, vida que ya lleva dentro la Horta d’Obradoiro.